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Período de adaptación
Período de adaptación

Es un proceso mediante el cual el bebé o el niño debe abandonar su entorno familiar, que le proporcionaba seguridad y confianza, para ir descubriendo y adaptándose progresivamente a un nuevo medio desconocido: la escuela infantil.

El período de adaptación suele durar unos dos semanas, pero va a depender mucho de cada niño/a se puede alargar el tiempo si fuera necesario.
Las conductas más frecuentes pueden ser:

*Timidez, tristeza, rechazo al educador/a.* Otros niños/as, rabietas, llantos en el
momento de la entrada a la escuela, alteraciones del sueño, de la alimentación.

Durante varios días los niños actúan de esta forma ya que al volverlos a llevar a la escuela infantil volvemos a dejarlos en un lugar que no les gusta. Debemos ser pacientes tanto padres
como educadores ya que se les pasará. La persona que acompaña al niño/a debe de despedirse siempre, procurando que la despedida sea corta.
Una vez que el niño/a haya adquirido la seguridad y confianza en el centro infantil, con su educadora y con el apoyo de la familia, los niños ya juegan y utilizan los materiales del aula con independencia y autonomía, se sienten seguros y disfrutan.

El chupete

La utilización del chupete permite en los bebés y en los niños pequeños una sensación placentera y reconfortante que les proporciona seguridad.

¿Cómo elegir un chupete adecuado?

El principal criterio de elección son los elementos que aportan garantías de seguridad. Para que un chupete sea seguro tiene que cumplir una serie de normas, como son:

  • Debe estar hecho de material de plástico.
  • Tener los bordes redondeados.
  • Poseer una anilla o tirador que permita extraerlo de la boca.
  • La tetina no puede ser superior a 3,3 cm
  • La base del chupete debe ser suficientemente grande para evitar que el niño se introduzca el chupete entero en la boca.

INDICACIONES GENERALES PARA SU USO

  • No es recomendable el uso del chupete en bebés menores de un mes, ya que el riesgo de aspiración de vómito es mayor en un niño con chupete que sin él.
  • Cuando el niño llora evitar calmarlo introduciendo el chupete en miel, azúcar…ya que puede provocar aparición de caries.
  • No usar el chupete para apaciguar las ganas de comer del niño.
  • Nunca colgar el chupete del cuello del niño con hilos o cadenas largas.
  • Si su hijo muerde o mastica el chupete con los dientes es conveniente no usarlo.
  • Los niños con cólico no deben usar el chupete ya que se favorece a que traguen más gases aumentando los problemas intestinales.

El uso prolongado del chupete puede producir distintas problemáticas no deseables en el desarrollo del niño:

  • Los dientes centrales inferiores se desvían hacía dentro.
  • Los dientes centrales superiores se separan y desvían hacía fuera.
  • Se deforma y estrecha el techo de la boca.
  • Las arcadas dentarias, inferiores y superiores, se desajustan y pierden la alineación correcta con lo que el niño puede tener problemas para morder los alimentos correctamente.
  • Aparecen dificultades de lenguaje.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA LA RETIRADA DEL CHUPETE

  • No hay una respuesta general que valga para todos los niños.
  • Es conveniente aprovechar un momento de estabilidad familiar y en el que no haya mucha tensión emocional, por ejemplo: separaciones, hospitalizaciones…
  • Nunca recurrir a castigos o medidas humillantes.
  • Procurar que el niño participe activamente en la decisión de la retira del chupete, eligiendo opciones como por ejemplo: Tirarlo directamente a la basura, dejarlo debajo de la cama para que se lo lleve el ratoncito Pérez…
  • A los más grandecitos el dentista o médico les puede explicar de forma sencilla lo “fea” que se le quedará su boca, si siguen usando el chupete.
  • Puede ocurrir que en algún momento el niño vuelva a pedirlo de nuevo, sea firme y no ceda en la decisión tomada.
  • Aproximadamente se pueden tener en cuenta los siguientes criterios de edad:
  • A partir del año y medio se puede empezar a limitar su uso.
  • A los dos años es conveniente tener restringido el recurso del chupete a situaciones muy concretas.
  • A los 3 años es conveniente que se haya retirado el chupete si no se ha retirado anteriormente.
El chupete
El chupete

Para el psiquiatra infantil británico Bowlby, el chupete es un sustituto de la figura del apego, es decir, reconforta al niño cuando no estamos.
Antes de seguir cabe destacar que aunque el chupete tiene algunas ventajas, debe adaptarse fisiológicamente a la mandíbula del niño y dejar a la lengua espacio suficiente para moverse. Es igualmente importante que el chupete sea suave y flexible. Es recomendable que el “cuello del chupete” sea lo suficientemente delgado, para reducir la presión sobre las mandíbulas y los dientes.


Algunas ventajas e inconvenientes del chupete son las siguientes:
Ventajas
Calma al bebé pues su forma le recuerda el pecho materno.
Ayuda a dormirle. Al tenerlo en la boca, si se despertara por la noche, cualquier sobresalto le hará succionar de nuevo y volver a dormir.
Preferible que use el chupete a que se chupe el dedo o la mano.
Está demostrado que podría reducir el riesgo de muerte súbita
Inconvenientes
La dependencia que crea. Una vez que se acostumbran al chupete ya no se puede prescindir de él, hay que llevarlo a todos lados.
El uso abusivo y durante un largo período de tiempo puede ser perjudicial para su salud buco dental.
El momento de quitarlo es difícil de sobrellevar.
El uso abusivo por parte de los padres como recurso para calmar al bebé en lugar de usar otros métodos.

El chupete representa un alivio cuando tranquiliza al bebé y, en cambio, resulta intolerable verlo cuando crece todavía con él en la boca, con lo mayor que es ya. Entonces, se convierte en objeto de reproches y reprimendas para conseguir que se deshaga de él lo antes posible. Confiemos primero en nuestros hijos, que son mucho menos dependientes que nosotros mismos… Un día serán ellos los que ya no querrán el chupete. El hecho puede ocurrir por etapas: lo tiro, lo vuelvo a pedir cuando me hace falta, cuando estoy cansado… Hay que tener paciencia, no forzarles, aunque el chupete nos traiga de cabeza, porque cualquier esfuerzo puede conseguir el efecto contrario al que perseguíamos.